lunes, 18 de agosto de 2014

MAESTRO OYAMA.

OYAMA reunió su filosofía de las Artes Marciales en estas once frases, conocidas como el Zayu no Mei Juichi Kajo. Muchas de estas frases guardan una aplicación practica hasta el día de hoy.
1º El camino de las Artes Marciales comienza y termina con cortesía. Por lo tanto se genuinamente cortes en toda ocasión.
2º Seguir el camino de las Artes Marciales es como escalar un acantilado, sigue subiendo sin descanso. Demanda una absoluta devoción a la tarea a realizar.
3º Esfuérzate en utilizar la iniciativa en todos tus actos, alejándote de toda acción que se origine en el egoísmo o en la falta de reflexión
4º Hasta para el practicante de las Artes Marciales la importancia del dinero no puede ser ignorada. Sin embargo se debe ser cauteloso de no quedar amarrado a el.
5º Las Artes Marciales se basan en la postura. Esfuérzate en mantener la postura correcta en todo momento.
6º El camino de las Artes Marciales comienza con 1.000 días de entrenamiento. Y es dominado luego de 10.000 dias de entrenamiento.
7º En las Artes Marciales, la introspección lleva a la sabiduría. Siempre encuentra en la contemplación de tus acciones una oportunidad para mejorar.
8º La naturaleza y propósito de las Artes Marciales es universal. Todos los deseos egoístas deben ser quemado en las llamas de el duro entrenamiento.
9º Las Artes Marciales comienzan con un punto y terminan en un circulo. Las lineas rectas se originan en este principio.
10º La verdadera esencia del camino de las Artes Marciales solo puede conseguida a través de la experiencia. Sabiendo esto, aprende a nunca temer lo que demanda.
11º Siempre recuerda, en el camino Marcial las recompensas de un corazón con confianza y gratitud son verdaderamente abundantes.

lunes, 11 de agosto de 2014

HISTORIA DE UN RONIN

Historia de un RONIN:

Antiguamente ser un ronin no abarcaba edad

Algunos aprendían el arte del combate siendo niños.

He aquí la historia de uno de ellos...

El señor lo acepto en su hogar, abrió sus puertas y lo invito a entrar.
El señor forjo a aquel niño en cuerpo y alma con el mayor de los cuidados.
Educo su cuerpo en el combate y su mente en el arte.
Hizo de el un guerrero de mente libre.
El muchacho marcho en busca de conocimientos para honrar a su señor y a la  casa de su señor.
Tras años de aprendizaje y luchas su corazón seguía en la casa de su señor.
La lejanía del hogar marcaba una lucha en su corazón.
Los diversos señores del guerrero vieron que aquel espíritu  no podía ser sometido debido a las enseñanzas que llevaba consigo de origen.
Uno tras otro fueron prescindiendo de sus servicios y lealtad.
En su momento formado como guerrero, como hombre, como uno en si mismo decidió regresar: pensaba que su búsqueda había concluido.
Volvió al hogar.
Frente a las puertas de la casa de su señor percibió y entendió que aquellas puertas ya estaban cerradas para el.
No culpo a su maestro, no culpo a sus compañeros de antaño, no se culpo a si mismo siquiera.
Durante un tiempo eterno permaneció frente a las puertas de la casa de su señor.
Tal vez segundos, tal vez horas, tal vez un día tras otro.
Allí estuvo.
En su lucha y caos interior recordó las enseñanzas de su señor.
Sonrió y emprendió de nuevo el camino.
A los años, tras haber superado los combates realizados, viviendo ya como hombre de paz como debe ser el camino del guerrero recordó y entendió las enseñanzas de su señor..
Mi señor me dio la libertad de elegir y me hizo señor y dueño de mi vida.
Sigo sus enseñanzas...vivo en paz.

Esta es la historia de un RONIN.
Dedicado a mi señor y maestro.